Las ratas son roedores conocidos por su capacidad de adaptación y supervivencia en entornos urbanos y rurales.
Uno de los principales factores que atrae a las ratas es la presencia de alimentos accesibles y fuentes de agua; la basura sin cubrir o acumulada en zonas exteriores e interiores es especialmente tentadora para estos animales.
Además, las ratas buscan refugio en lugares cálidos y seguros, como sótanos, áticos, paredes huecas y espacios entre objetos acumulados, donde puedan anidar y reproducirse sin ser perturbadas.
El mal manejo de residuos orgánicos y la falta de limpieza adecuada en áreas susceptibles, como cocinas, despensas y almacenes, favorecen la presencia de ratas y otros roedores que se sienten atraídos por estos entornos propicios para su supervivencia.
Para prevenir la infestación de ratas, es fundamental realizar un adecuado control de plagas, que incluya la implementación de medidas de higiene, saneamiento y, en casos necesarios, la aplicación de métodos de fumigación efectivos y seguros para proteger la salud y la tranquilidad en los espacios habitados.