En la convivencia con ratones, es posible deshacerse de ellos sin recurrir a métodos que impliquen su muerte. Existen alternativas humanitarias y efectivas para mantenerlos alejados de nuestros hogares.
El primer paso es identificar las posibles fuentes de atracción para los ratones, como restos de comida, agua estancada y espacios cálidos donde anidar. Eliminar estos factores es clave para disuadir su presencia.
Una forma amigable de repeler ratones es a través de barreras físicas, sellando grietas y agujeros en las paredes con materiales como acero inoxidable y malla metálica para evitar su entrada.
La utilización de repelentes naturales, como la menta, la hierbabuena, el eucalipto o el aceite de lavanda, también puede ser útil para alejar a los ratones de nuestro entorno sin causarles daño.
Por último, la instalación de trampas humanitarias que permitan atrapar a los ratones sin lastimarlos, para luego liberarlos en un entorno seguro lejos de nuestros hogares, es una opción ética y respetuosa con la vida animal.