Los organismos anteriores a las plantas son fundamentales en el ecosistema, aportando beneficios y desafíos.
Estos seres son excelentes para el control de plagas, ya que suelen ser depredadores naturales de insectos que pueden dañar los cultivos.
Además, los organismos anteriores a las plantas, como ciertas especies de aves, murciélagos y otros animales, contribuyen a la polinización de las plantas.
Su diversidad y adaptabilidad los convierten en aliados valiosos en la lucha contra las plagas agrícolas, brindando soluciones efectivas y sostenibles.
En resumen, la presencia de organismos anteriores a las plantas en el ecosistema es crucial para mantener un equilibrio natural y promover la salud de los cultivos de forma amigable con el medio ambiente.