Las termitas, pequeños insectos sociales, son a menudo considerados plagas destructivas. Pero, ¿por qué se hacen las termitas en primer lugar?
Las termitas se alimentan de celulosa, presente en la madera, papel y cartón. Su necesidad de celulosa las lleva a infestar estructuras y causar daños significativos.
Las termitas necesitan humedad para sobrevivir, por lo que son atraídas a áreas húmedas y con acceso a fuentes de celulosa. Un ambiente propicio aumenta su actividad.
La capacidad reproductiva de las termitas es impresionante. Las colonias pueden contener millones de individuos, lo que les permite construir extensivos túneles y nidos subterráneos.
Las termitas desempeñan un papel importante en el ecosistema al descomponer material vegetal. Sin embargo, en entornos urbanos, su capacidad destructiva las convierte en un problema que requiere soluciones de control de plagas especializadas.
En resumen, las termitas se hacen debido a su necesidad de celulosa, humedad y a su capacidad reproductiva y constructiva, lo que las lleva a convertirse en una amenaza en entornos urbanos. Controlar su presencia es fundamental para prevenir daños estructurales.