El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que puede ser mortal. La prevención y el control de plagas son clave para evitar su propagación.
La fumigación es una de las técnicas más efectivas para controlar los mosquitos transmisores del dengue. Se recomienda realizar fumigaciones periódicas en áreas propensas a la proliferación de estos insectos.
Antes de fumigar, es importante identificar los criaderos de mosquitos y eliminarlos. El agua estancada es un ambiente ideal para la reproducción del mosquito Aedes aegypti, vector del dengue.
La fumigación debe ser realizada por personal capacitado y utilizando productos adecuados que sean seguros para las personas y el medio ambiente. Es fundamental seguir las instrucciones y recomendaciones de los profesionales.
Además de la fumigación, es importante mantener limpios y ordenados los espacios, instalar mosquiteros en puertas y ventanas, y utilizar repelentes para prevenir picaduras de mosquitos. La prevención es fundamental en la lucha contra el dengue.